Volkswacht Bodensee - Migrantes suspiran por Francisco en la frontera donde "no mana leche ni miel"

Migrantes suspiran por Francisco en la frontera donde "no mana leche ni miel"
Migrantes suspiran por Francisco en la frontera donde "no mana leche ni miel" / Foto: © AFP

Migrantes suspiran por Francisco en la frontera donde "no mana leche ni miel"

En la fronteriza Ciudad Juárez, donde el papa Francisco descubrió "la tierra prometida que no mana leche ni miel", Yulieth Cuéllar recuerda conmovida la profunda sensibilidad del pontífice hacia los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

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Dispersos desde el sur del continente hasta esta ciudad del norte de México, franqueada por un muro metálico, muchos migrantes se suman al duelo por la muerte del papa argentino el lunes a los 88 años.

Pero también agradecen su continuo apoyo al denunciar la "migración forzada" en el mundo y las políticas antimigrantes del presidente estadounidense, Donald Trump.

"Oraba mucho por nosotros los migrantes (...) Sus oraciones le llegaban a uno a lo más profundo", dice Cuéllar, colombiana de 28 años que se quedó a las puertas de Estados Unidos luego de que Trump cancelara los programas migratorios tras volver al poder el pasado 20 de enero.

Cuéllar es una de los casi 3.000 migrantes que, tras ese portazo, quedaron varados o buscan instalarse en Ciudad Juárez.

"Fue un gran papa", añade la mujer en un comedor de la Iglesia católica donde muchas de esas personas tienen asegurado el alimento mientras resuelven su situación.

A miles de kilómetros de allí, en un albergue de Tegucigalpa, el venezolano Ericxon Serrano, de 35 años, también recuerda a Francisco, hijo de migrantes italianos, como una "persona maravillosa".

Le pidió a Trump que "cesara el hostigamiento hacia los migrantes", destaca Serrano, quien viaja de vuelta a Caracas con su esposa y dos hijos pequeños.

- "Aliento" en el camino -

Durante su visita a Ciudad Juárez el 17 de febrero de 2016, el papa denunció que los migrantes recorrían un "camino de terribles injusticias" al huir de la pobreza y la violencia. Y rezó por ellos frente a una cruz clavada cerca de una malla que Trump reemplazó luego por la barrera metálica.

El primer pontífice latinoamericano estaba ansioso por conocer la valla, sobre el río Bravo, recordó el lunes José Guadalupe Torres, obispo de Ciudad Juárez.

Y cuando por fin la vio, dijo: "He visto la tierra prometida donde no mana leche ni miel", evocó Torres durante una misa en homenaje a Francisco.

En una de las muchas tragedias que marcan lo que para el pontífice era una "crisis humanitaria", 40 personas murieron al incendiarse un centro de detención de migrantes de Ciudad Juárez el 27 de marzo de 2023.

En su defensa de los migrantes, el papa llegó a enfrentarse a Trump, como cuando dijo en 2016, en plena campaña presidencial, que "una persona que quiere construir muros y no puentes no es cristiano".

El jesuita mantuvo sus críticas tras el regreso del magnate republicano, al afirmar que la expulsión de migrantes "atenta contra la dignidad" de estas personas, según una carta dirigida a los obispos estadounidenses.

Expresiones como esta han dado aliento a personas como Marisela Guerrero, venezolana de 45 años, que migró a Chile hace unos meses.

"Él nos animó mucho a los migrantes porque nos daba sus palabras de aliento a todos los que salimos de nuestros países", asegura.

Pero esos cuestionamientos no lograron detener la ofensiva de Trump, que redujo drásticamente el flujo de migrantes hacia la frontera de 3.100 km.

Las interceptaciones de migrantes pasaron de 180.359 en marzo de 2024, a solo 11.017 el mes pasado, según cifras oficiales estadounidenses.

- Petición al cielo -

Sacerdotes y laicos vinculados a los programas de apoyo al migrante también recuerdan con devoción a Francisco, quien los describió como "profetas de la misericordia".

"Es mi santo en vida", señala Cristina Coronado, responsable del comedor de Ciudad Juárez, quien confiesa que el papa le devolvió la confianza en la Iglesia.

"Es muy triste que se haya ido ese ángel defensor de los migrantes", sostiene de su lado el padre Francisco Calvillo, quien regentaba el albergue local Casa del Migrante en la época de la visita.

Una estatua del obispo de Roma de 4,8 metros de altura, en la que luce sonriente, fue erigida un año después cerca del muro en esta ciudad vecina de El Paso, Texas. Colinda con un refugio estatal para deportados, que junto con la efigie están cercados por una alambrada.

En medio de su duelo, Calvillo tiene una última petición para el santo padre: "Que ahora que está en el cielo le pida mucho a Dios para que nos mande un papa, más obispos, más sacerdotes, más laicos sensibles a esta realidad" de la migración.

C.Koch--VB